El primer día de clase comenzó con algo de nervios y alguno que otro que le costaba separarse de su madre, pero enseguida fueron desapareciendo cuando empezaron a ver a sus compañeros y compañeras. Hoy nos hemos conocido un poco todos, hemos estado dialogando sobre las diferentes cosas que le gustan a cada uno.
También nos pusimos de acuerdo sobre la necesidad de una serie de normas, que hagan una convivencia buena para todos y un ambiente favorecedor para el aprendizaje (es curioso como todos son conscientes de las cosas que son adecuadas y las que no lo son en clase, aunque luego se les olviden).
Luego en el recreo han tenido tiempo de jugar con sus amigos y amigas, y de contarse las distintas aventuras vividas a lo largo del verano.
Me ha sorprendido gratamente, las ganas de trabajar que tienen, pues una y otra vez me preguntaban por ello y la buena voluntad de ayudarse unos a otros.
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