El colegio tiene por tradición celebrar un partido de fútbol entre los chic@s de infantil, con todo tipo de detalles. Cuando se les propuso la idea a todos les encantó, y preguntaban una y otra vez que cuántos días quedaban para el partido. Lo anotamos en el calendario y comenzó la cuenta atrás. Llegado el momento disfrutamos del partido, junto con los compañer@s de las otras clases de 5 años.
En días posteriores, celebramos la habitual fiesta del agua. En el césped del instituto se lo pasaron en grande jugueteando con los aspersores. Era muy simpático el verlos con su toalla y sus bañadores. Al principio alguno que otro era reticente al agua, pero luego esos mismos eran los primeros en meterse bajo el agua.
Elizabeth una mañana nos invitó a churros, que estaban buenísimos. A casi todos les encantaba mojarlos en azúcar.
Los chic@s le hicieron entrega a la seño de inglés, Raquel, y a la seño de religión, Loli, de un regalo que le habían comprado.
El último día, el sorprendido fui yo, cuando los vía aparecer a tod@s con la camiseta que le entregué el día anterior en la graduación, y que estaba hecha con los dibujos que cada uno había hecho de sí mismo. Así que, con algo los tenía que sorprender. Muchas veces en tono de broma había comentado "hoy nos quedamos a comer todos aquí, vamos a pedir unas pizzas", y pensé que no podía acabar el curso sin hacerlo. Con la complicidad de las mamás, una vez más, comimos pizzas en clase.
Imagen de la camiseta |